Conmemorar el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, es la fecha perfecta para revisar los retos y las oportunidades de las mujeres en distintos ámbitos. Y más ahora cuando, según la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, 

“la pandemia ha provocado un retroceso de más de 18 años en la participación laboral femenina en América Latina y el Caribe”.

Por esta razón, las empresas desempeñan un papel fundamental para incentivar la participación de la mujer local en distintas áreas de los negocios, generando impacto en diversos sectores de la población a través de una visión incluyente. Precisamente Pacari, empresa ecuatoriana reconocida a nivel mundial por sus buenas prácticas y por ser la única marca en el mundo que trabaja con cacao biodinámico, ha basado su modelo de negocio en el comercio justo, impulsando así el desarrollo social y económico de las comunidades de agricultores de pequeña escala, en donde las mujeres juegan un rol fundamental.

Para Carla Barbotó, cofundadora y CEO de Pacari, el impulso productivo a las mujeres tiene un efecto social poderoso. 

“Las mujeres trabajamos inspiradas en nuestra familia. Entre nuestras diversas facetas, al ser madres, tenemos la capacidad de distribuir nuestro tiempo, energía y recursos con equitatividad”. 

Para esta emprendedora, luego de unos veinte años de trayectoria, un negocio con enfoque social puede cambiar la vida de las personas, y a través de las mujeres este cambio es integral.

En cada chocolate de Pacari  están las manos de muchas mujeres. 

“Es evidente que cuando el dinero llega al bolsillo de la mujer, la familia crece”, dice Barbotó con orgullo, al compartir experiencias con las que espera inspirar a otras compañías para así beneficiar a la sociedad.

Cuando la mujer participa, todos crecemos

Pacari nace de la relación con pequeños agricultores locales. Mientras Carla Barbotó y su socio y esposo, Santiago Peralta, promovían el cultivo orgánico del cacao fino de aroma, conocían más cercanamente las necesidades de sus aliados en el campo y con ello la búsqueda de soluciones favorables a su calidad de vida de los agricultores y sus familias.

Una gran repercusión para las familias en la costa ecuatoriana, se dio con tan solo reducir a la mitad de su peso los sacos de cacao. Con una carga más ligera, más mujeres tuvieron la posibilidad de generar ingresos directos por la recolección y venta de la fruta, labor históricamente encargada a los hombros del género masculino. La participación de más mujeres en los procesos, incrementa sus oportunidades de crecimiento económico, con un impacto visible en el desarrollo de sus familias y su comunidad.

Otro ejemplo del mejoramiento de las condiciones para las mujeres rurales está en la prodigiosa innovación de los productos de Pacari. Al introducir nuevos sabores locales en sus barras de chocolate, se extiende aún más la demanda de insumos orgánicos, y con ello las oportunidades para las mujeres. Este es el caso de las cooperativas de mujeres de los páramos andinos, las cuales se han fortalecido crecientemente al proveer a Pacari de frutas nativas como la uvilla y el mortiño, con precios significativamente superiores a los ofrecidos comúnmente en el mercado.

En esta empresa, la participación femenina está cerca de un 60%, empezando por el liderazgo de Carla Barbotó, en conjunto con posiciones clave en el área administrativa, como la Jefatura de Exportaciones, Jefatura de Marketing, Jefatura de Ventas, Jefatura de Talento Humano, entre otros. Con más de 300 premios internacionales destacados y presencia en más de 40 mercados del mundo, esta marca de chocolate con sabor social es motivo de inspiración. 

“Las mujeres aportamos una visión incluyente que genera prosperidad para todos”, como afirma Barbotó invitando a que otras empresas sumen la inclusión en su enfoque de negocios.